martes, 29 de julio de 2014

PROFESIONALISMO VS SENTIMENTALISMO

MUNDO CELESTE


Foto: Aspas celebrando un gol con el Liverpool.

Por Diego Bermúdez

Desde que el pasado martes saltara con fuerza la noticia de que Iago Aspas regresaría a la Liga BBVA, un cruce de sensaciones ronda mi cabeza. Esta vez no le veremos correteando por el césped de Balaídos con la celeste ni quebrando caderas en un solo movimiento. Hoy, ese pequeño joven que ayudó con su doblete al Alavés a evitar una mayor agonía en los últimos dos partidos de liga en segunda división, así como a esquivar el descenso de categoría y la más que probable desaparición del club, regresa a la liga española de la mano del Sevilla.
Iago Aspas se marchó dejando una buena cantidad de dinero en las arcas del club (9 millones de euros) y colaborando con sus 12 goles (mención aparte de lo ocurrido en el derby) para que el equipo lograse la sufrida permanencia. Era el momento de dar el salto a un grande de Europa, el Liverpool, y así lo entendimos todos los aficionados celestes. Sin embargo, la experiencia no pudo ser más ingrata a las orillas de Anfield Road. Después de una gran pretemporada donde maravilló, el comienzo de la liga unido a la temible pareja atacante Luis Suárez-Daniel Sturridge le restó total protagonismo al moañés y le relegó a unos pocos minutos saliendo desde el banquillo. Esta situación, provocaría que ya en el mercado invernal se vinculara su salida a otros equipos (entre ellos, el Sevilla), si bien sus altas pretensiones económicas (cobraba en la ciudad de Merseyside 1,5 millones) dificultaban cualquier operación. Con la llegada del verano, y ante la difícil situación deportiva en el Liverpool, la salida de Aspas era cuestión de tiempo. Así, los vínculos sentimentales con el Celta y las palabras del director deportivo olívico Miguel Torrecilla dónde expresaba que Aspas “era una prioridad” no hacían más que alimentar la vuelta del “hijo pródigo” a la ribera del Lagares. Además, los rumores se verían incrementados con la visita del jugador a las oficinas del club en Plaza de España, así como expresando con sus propias palabras el deseo de regresar al Celta: “espero volver al Celta, no se si será este año, el siguiente o dentro de cinco, pero estoy seguro de que algún día volveré”.
El Celta mostró interés real por el futbolista, llegando a plantear al Liverpool la condonación de una parte de la cantidad adeudada por el traspaso realizado (en aquel momento, el club inglés aún debía 5 millones de los 9 totales). Sin embargo, el club vigués no podía llegar a las cantidades económicas requeridas por el futbolista y la dirección deportiva se acabó decantando por Joaquín Larrivey como alternativa, cerrando por completo la parcela ofensiva y descartando la vuelta del jugador de Moaña. Aquí es dónde debería entrar en juego el nivel sentimental del futbolista hacia el club, de regresar a su casa dónde fue y sería idolatrado y dónde sabe que su adaptación sería inmediata.
El celtismo de Aspas es indudable, pero no nos puede cegar el sentimentalismo hacia unos colores. Aspas como cualquier otro profesional del deporte balompédico busca unos retos deportivos (y económicos) que el Sevilla, a diferencia del Celta en la actualidad, le puede ofrecer, como así lo expresa en las palabras recogidas hoy por el Faro de Vigo: “busco los minutos que me faltaron en Liverpool y como colectivo entiendo que el Sevilla es un equipo que tiene que estar en la Liga de Campeones y es una buena oportunidad desde el punto de vista deportivo”.
En la ciudad hispalense se reencontrará con otro joven conocido de la afición, Denís Suárez. Queda por ver si es el Sevilla el lugar idóneo para disfrutar de los minutos carecidos en Liverpool y qué papel desempeñará en un plantel con, a priori, delanteros que le superan en orden de preferencias como son Bacca y Gameiro. Sin duda, dolerá ver a ambos futbolistas gallegos con otra vestimenta que no sea la celeste, pero a buen seguro que en un futuro los driblings y goles que esta temporada disfrutarán los aficionados sevillistas a la orilla del guadalquivir, regresarán pronto al vetusto estadio vigués.
Profesionalismo o Sentimentalismo, vosotros ¿por cuál os decantáis?.




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