Partido vibrante el disputado la
pasada noche de martes en el vetusto estadio municipal de Balaídos.
Un derby no es un partido cualquiera, y todo lo que hubieras hecho
hasta ese momento poco importa. Las dinámicas mostraban un Celta en
línea ascendente y un Deportivo con dudas sobre su juego. Pero en el
campo se igualaron las cosas y se pudieron ver los nervios típicos
de un partido de este calibre. El Celta, se llevaría el partido tras
ejercer un mayor dominio sobre un Deportivo que, por fases, se vio
desbordado. Sergio, como contra el Atlético de Madrid, volvío a
convertirse en el héroe del partido al parar un penalti. La
racanería de Berizzo, de nuevo, con los cambios pudo salir cara. Sin
embargo, toco cara esta vez y el delirio se trasladaría a las gradas.
Berizzo no se guardó nada, a pesar de
haber jugado hace dos días en el Calderón, y puso toda la madera
sobre el tapete con los teóricos titulares. Así, Sergio estaba en
portería acompañado en la defensa por Planas y Hugo -que repetía
titularidad- como laterales y por la asentada pareja Cabral y Fontàs
en el eje de la zaga. Por delante, un sobresaliente Radoja pivotaba
en el medio de campo escoltado por Krohn-Dehli y Álex López como
interiores. Arriba, repetía el tridente letal celeste con Orellana y
el recuperado Nolito en los extremos y con un incansable Larrivey
como 9 de referencia.
La superioridad celeste fue notoria al
comienzo de partido. De esta manera, sólo habían transcurrido tres
minutos de juego cuando Nolito abría la lata tras desbordar a la
zaga coruñesa. Parecía coser y cantar el encuentro, pero nada más
lejos de la realidad.
La presión e intensidad con la que
salen los pupilos de Berizzo en los inicios de partido provoca que el
rival apenas pudiera disfrutar del balón, excepto cuando los
célticos bajaban la tensión. Esta intensidad, ocasionaría diversas
acciones de peligro como el disparo elevado de Álex -minuto 9- tras
la dejada de Nolito o el peligroso libre directo ejecutado por
Orellana que se fue lamiendo el palo de la portería defendida por
Lux.
Pero esta intensidad no era constante,
lógicamente, y el Depor comenzó a llevar el peso del partido aunque
sin crear peligro. Los celestes pudieron aumentar su ventaja antes
del descanso, si bien no serían aprovechadas las contras de las que
dispusieron y el marcador no se movería más en la primera parte.
Justo antes del descanso, los herculinos gozarían, de la mano de
Cuenca, de una inmejorable falta al borde del área que acabaría
despejando la defensa del Celta.
Tras la reanudación, el Deportivo
subió líneas en busca del empate. Lo acabaría logrando a los diez
minutos de la segunda parte por obra de Cuenca, quién recogería un
balón tras centro lateral para batir a Sergio.
Fue el toque de atención que necesitó
el Celta para lanzarse cuál león por su presa, mientras que
Balaídos llevaba al equipo en volandas en busca de la victoria. Así,
se sucedieron diversos saques de esquinas por parte de los locales
que no llegaron a crear demasiado peligro a la meta coruñesa. Por su
parte, el Deportivo pudo ponerse por delante en el electrónico tras
una internada de Juanfran que salva in extremis Fontàs.
Era el momento de dar entrada a los
revulsivos. Berizzo incorporó a Augusto por Álex, mientras que
Víctor Fernández metía a Cavaleiro por Cuenca y a José Rodríguez
por Laure. Los herculinos, terminarían el partido con muchos hombres
de ataque tras la entrada de Toche por Fariña.
Sin embargo, los cambios no lograrían
el efecto deseado en los visitantes y sería el Celta quién, de
córner, se adelantaría en el marcador gracias a un certero remate
de cabeza de Larrivey que se colaba en la portería blanquiazul.
Minutos después, Larri pudo sentenciar el partido y evitarnos el
sufrimiento pero erraría un mano a mano ante Lux al intentar batirlo
de vaselina.
Ante lo apretado del partido y en
busca de la fórmula con la que obtuvo buenos réditos en el
Calderón, Berizzo tiró de racanería y sacó dos defensas. Primero,
entraría en el 82 Jonny por Nolito, lo que adelantaba la posición
de Planas al extremo. En los últimos minutos, se produciría el
tercer cambio con la entrada de Sergi Gómez por un agotado Kroh.
Este último cambio tardaría en
hacerse -aunque Sergi ya estaba preparado-, debido al penalti por
mano dentro del área de Cabral. Faltaban tres minutos para el
descuento y el Deportivo podía empatar el partido. Pero ahí
emergió, de nuevo, la figura de Sergio que detuvó el penalti,
adivinando magistralmente el lanzamiento de Mendujanin.
Quedaban pocos minutos para finalizar
el partido y el Celta regaló el balón en busca de alguna contra con
la que matar el partido. El nerviosismo se trasladaba a las gradas ,
que temían un nuevo empate en los minutos finales. El Deportivo
llegaba más con el corazón que con la cabeza, pero no lograría ser
efectivo ante un Celta bien pertrechado atrás.
La victoria sabe a gloria, y más
tratándose del eterno rival. Para el recuerdo queda los minutos posteriores al encuentro cantando el "Coruña decime que se siente". Sin embargo, hay que ser críticos con
diversos aspectos como la nula rotación de un equipo que apenas jugó
hace dos días, o la tardanza a la hora de realizar los cambios. En
este mundo de intereses que es el fútbol, el Celta vuelve a jugar,
sin apenas descanso, este viernes ante el Elche en el Martínez
Valero. Otra victoria, sería fundamental para asestar un golpe
encima de la mesa y abrir brecha con el furgón de cola.
El derby ha sido un partido
emocionante, para un espectador neutral, que se llevaron los de Vigo.
Parafraseando al “Toto”, ¡El Celta domina Galicia!
Escrito por @mundo_celeste
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