Así fue, el pez "pequeño" se comió al grande esta noche en Balaídos en lo que ha sido la sorpresa de la jornada. Un Celta sublime en todos los aspectos superó en intensidad, táctica y fútbol a un Atlético muy pobre que apenas inquietaría la meta de Sergio. Ya en la segunda mitad, la arenga del Cholo serviría para que los colchoneros subiesen líneas pero el penalti de Mario Suárez a Nolito desequilibraría el encuentro, que lo cerraría Orellana con un derechazo.
Eduardo Berizzo, que cumplía su segundo y último partido de sanción, alineó al once tipo celeste. Regresaban Orellana y Radoja tras su sanción y lesión, respectivamente. El resto, los habituales con Sergio en portería. Línea de 4 atrás para un enorme Jonny y Sergi Gómez en los laterales y con Cabral y Fontàs en el eje de la zaga. Por delante, Radoja volvía a ser el ancla del equipo siendo escoltado por el incombustible Augusto Fernández y el danés Krohn-Dehli. Arriba, volvía el tridente céltico: Orellana por la derecha, Nolito por la izquierda y Larrivey, fallón, como 9 de referencia.
Por parte rojiblanca, el Cholo no pudo contar para este encuentro con hombres demasiado importantes en su esquema: Koke, Raúl García y Arda Turán. Y el equipo lo notó. La magia y calidad que aportan Koke y Arda faltaba sobre el césped vigués. Así pues, Moyá estaba en portería, Juanfran y Siqueira ocupaban los laterales mientras que Godín y Miranda ejercían de centrales. Por delante, un mediocampo compuesto por Tiago, el capi Gabi y Sául Ñiguez. Arriba, un trío de delanteros que poco peligro creó en la primera mitad, sobre todo Torres, quien se encontraba acompañado de Griezmann y Mandzukic.
El partido comenzaba como casi siempre para los intereses célticos, es decir, mucho dominio y posesión pero pocas ocasiones reales de peligro. Los extremos celestes volvían loca a la defensa colchonera pero el Celta seguía pecando de falta de efectividad arriba.
Fruto del control local se sucedieron las primeras ocasiones del encuentro. Así, a los 15 minutos, primero un disparo de Krohn-Dehli se marcharía elevado. A continuación, Nolito, haciendo virguerías sobre la línea de fondo, lograba una bella jugada llevándose a tres contrarios pero sin lograr profundizar su pase. Y unos minutos después, por último, Orellana también lo intentaría pero su centro-chut lo atraparía sin problemas Moyá.
El dominio del Celta estaba rozando momentos de brillantez, con gran intensidad en la recuperación de balón. Por ello, Simeone movió ficha e introdujo al ex-celeste Mario Suárez por Tiago. Si bien, la sustitución poco o nada influyó en el partido.
Sin embargo, el gran inicio de encuentro de los pupilos de Berizzo empezaba a pasar factura y comenzaba los primeros síntomas de falta de frescura. Hasta el descanso, poco que contar, salvo sendos disparos lejanos de Mandzukic y Nolito por cada bando.
Tras el intermedio, la furia del Cholo en los vestuarios pareció surtir efecto y se vio a un Atlético con mucho más interés por sacar algo positivo de tierras gallegas. Antes del comienzo de la segunda parte Simeone había dado entrada a Cani por un desafortunado Torres.
El Atlético subió líneas y al Celta le costaba mucho más poder disponer del esférico. Sin embargo, gozaría de una efectividad desconocida que acabaría desequilibrando el partido a su favor.
Poco más de diez minutos habían transcurrido cuando Nolito, inmenso hoy, en una de sus típicas internadas es derribado por Mario Suárez en el área y Martínez Munuera no lo dudaría: penalti. El propio Nolito sería el encargado de lanzarlo y de subir el primer tanto al electrónico.
El gol provocó que los gallegos quisieran conservar la ventaja y bajaron líneas, ante el arreón de un Atlético que pudo empatar la contienda. Pero como en el Calderón, el "Gato de Catoira" sacaría sus zarpas felinas para evitar que los indios perforasen la portería. Sería en una doble ocasión, al cuarto de hora y a los 20 minutos, cuando Griezmann erraría ante Sergio, siendo la segunda oportunidad un gol salvado prácticamente en la propia línea.
Entremedias, el Celta pudo aumentar la ventaja por medio de una gran jugada de Nolito que con un pase de la muerte dejaba solo a Larrivey para marcar el segundo, pero incomprensiblemente fallaría ante la portería vacía cuando la grada viguesa ya casi celebraba el gol.
Los vigueses recuperaron el tono y fueron a por el segundo, sabedores de que era necesario matar definitivamente el encuentro. Y este llegaría en el 71´, en una gran jugada céltica que culminaría Orellana con un derechazo tras un magistral pase de Krohn-Dehli.
El gol terminó con las esperanzas de un Atlético que aún lo seguía intentando y pudieron reducir diferencias si Munuera hubiese pitado un posible penalti de Fontàs a Mandzukic.
Ya en los minutos finales, carrusel de cambios en el bando local para perder tiempo. Entraron Pablo Hernández por Larrivey, Álex López por Krohn-Dehli y Santi Mina por Orellana. Precisamente, el chileno antes de ser sustituido gozaría de una buena ocasión para redondear la noche pero su disparo sería repelido por Moyá en una fantástica intervención. Ahí terminaba el encuentro.
7 de puntos de 9 posibles para un equipo donde, hace dos semanas, estaba más fuera que dentro su entrenador. Berizzo ha sabido agarrarse a un cargo cuando nadie, absolutamente nadie, de la directiva confiaba en él. Ahora, llega una semana muy importante para los intereses célticos con #onosoderbi de fondo el próximo sábado a las 22:00 (cuatro), donde esperemos reine la cordura. Por parte colchonera, una cura de humildad tras haber impresionado con su gran victoria al rival de la capital. Les espera el Almería el próximo sábado antes de enfrentarse en dos semanas al Leverkusen en la Uefa Champions League, competición en la que, para muchos, debería centrarse por encima de la Liga.
A veces los cuentos se hacen realidad y hoy, partido a partido como no, David se ha impuesto a Goliat.
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