Vicente Del Bosque
Desde que Podemos
irrumpiera con fuerza en el mundo político y, más concretamente,
desde la llegada de Pablo Iglesias a la primera línea televisiva,
hemos escuchado frecuentemente la palabra casta. Pero, ¿qué es la
casta?
La “casta” podemos
considerarla como ese grupo social político estático que disfruta
de privilegios (pensiones vitalicias, por ejemplo) debido a su
condición o cargo. Unos privilegios que, generalmente, suponen una
discriminación con el status de los ciudadanos civiles y que, en
muchas ocasiones, acaban derivado en casos de corrupción.
Pues bien, haciendo un
símil con la actual situación política, el mundo balompédico y,
en concreto en el caso que hoy nos ocupa la selección española de
fútbol, también gozan de una casta impenetrable a ojos de su
director de orquesta, Vicente del Bosque.
Nos estamos refiriendo,
como habréis imaginado, a esos jugadores que lo hagan bien, mal o
regular en sus equipos, irán siempre al combinado nacional. No
importan que no jueguen, no importa que su momento físico no sea el
más adecuado, lo que importa es la presión mediática a la que está
sometido el seleccionador y que obliga a llevarlos aún sabiendo que
no es la decisión correcta. Se trata, por tanto, de esa casta
irreductible del fútbol.
Son futbolistas que han
dado mucho a la selección de un país que, hasta su llegada, estaba
acostumbrada a caer mundial sí y eurocopa también en cuartos de
cada competición. Pero como todo en la vida, los momentos de gloria
pasan y es necesario que otros ocupen su lugar. A esto se le une, el
desarrollo de un mundial desastroso dónde la actitud, juego y forma
física de varios futbolistas dejó que desear.
Y es en este punto,
dónde la regeneración se hace totalmente necesaria.
Entonces...¿porqué no se hace? La respuesta es sencilla, no
interesa quitar a las vacas sagradas. Futbolistas que, por edad o por
condiciones físicas actuales no deberían ir, llámese Casillas,
Piqué o Pedrito, continúan en una selección cuyo lavado de cara es
todavía paupérrimo.
Aquí, entra otra
cuestión más a analizar. Ese lavado de cara que pretende llevar a
cabo el seleccionador, parece que sólo está destinado a jugadores
de 4 o 5 equipos de nuestra Liga (sin contar los equipos ingleses).
De esta manera...¿cuál es el mensaje que transmites? Pues que como
no pertenezcas a esos equipos, vas a tener muy, muy complejo poder
acudir a la selección, lo que acaba provocando que perlas o
futbolistas estrellas de clubes humildes se acaben marchando hacia
otros conjuntos con el fin de lograr la ansiada llamada.
Nolito besándose el
escudo tras marcar el primer gol frente al Deportivo (vía LFP)
Procurando dejar los
sentimientos particulares a un lado y reconocimiento, exclusivamente,
los méritos deportivos existen varios jugadores que merecen recibir
la llamada nacional. En particular, centrándome en mi equipo
particular, hay dos futbolistas del Celta que están haciendo gala de
pertenecer a ese selecto club y no son otros que Andreu Fontàs y
Manuel Agudo “Nolito”.
Sabiendo las dificultades
para encontrar un sustituto de garantías a Piqué, Fontàs podría
ofrecer una aseada salida de balón y, porque no, ser uno de esos
jugadores a tener en cuenta como tercer o cuarto central. Sin
embargo, juega en el Celta y no en el Barcelona.
Pero mención especial es
el caso de Nolito. Es, sin duda, la estrella de un Celta que, por
plantilla, debería aspirar a algo más que la permanencia. Lleva
todo un 2014 cosechando goles, méritos (es el máximo goleador
nacional del 2014 y ocupa el cuarto lugar en ratio de goles por
partidos jugados con el club celeste), halagos y premios
(recientemente ha sido nombrado como mejor jugador del pasado mes de
septiembre), y más de una vez se le ha relacionado con que Vicente
del Bosque le diese una oportunidad. Si bien, es una pena que
pertenezca a un equipo tan grande como el Celta y no a un Barcelona o
Real Madrid, porque lo más seguro es que si fuera de esta “casta”
ya estaría hoy mismo concentrado con España para jugar frente a
Luxemburgo. Mientras aguardamos la buena nueva, él seguirá soñando
con poder acudir a la selección y, nosotros, seguiremos vibrando y
disfrutando de sus “golitos de Nolito” en Balaídos.
En definitiva, estamos
ante una selección española en la que poco o nada ha cambiado,
donde parece que es más importante tu origen que tu calidad.
Esperemos que, a medida se va acercando la Eurocopa de Francia, entre
sabia nueva que ofrezca la ilusión que hoy en día parecen haber
perdido esa “casta” que disfruta cómodamente de sus privilegios.
Escrito por
@mundo_celeste
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