domingo, 12 de octubre de 2014

DEL BOSQUE Y LA CASTA

Vicente Del Bosque

Desde que Podemos irrumpiera con fuerza en el mundo político y, más concretamente, desde la llegada de Pablo Iglesias a la primera línea televisiva, hemos escuchado frecuentemente la palabra casta. Pero, ¿qué es la casta?

La “casta” podemos considerarla como ese grupo social político estático que disfruta de privilegios (pensiones vitalicias, por ejemplo) debido a su condición o cargo. Unos privilegios que, generalmente, suponen una discriminación con el status de los ciudadanos civiles y que, en muchas ocasiones, acaban derivado en casos de corrupción.

Pues bien, haciendo un símil con la actual situación política, el mundo balompédico y, en concreto en el caso que hoy nos ocupa la selección española de fútbol, también gozan de una casta impenetrable a ojos de su director de orquesta, Vicente del Bosque.

Nos estamos refiriendo, como habréis imaginado, a esos jugadores que lo hagan bien, mal o regular en sus equipos, irán siempre al combinado nacional. No importan que no jueguen, no importa que su momento físico no sea el más adecuado, lo que importa es la presión mediática a la que está sometido el seleccionador y que obliga a llevarlos aún sabiendo que no es la decisión correcta. Se trata, por tanto, de esa casta irreductible del fútbol.

Son futbolistas que han dado mucho a la selección de un país que, hasta su llegada, estaba acostumbrada a caer mundial sí y eurocopa también en cuartos de cada competición. Pero como todo en la vida, los momentos de gloria pasan y es necesario que otros ocupen su lugar. A esto se le une, el desarrollo de un mundial desastroso dónde la actitud, juego y forma física de varios futbolistas dejó que desear.

Y es en este punto, dónde la regeneración se hace totalmente necesaria. Entonces...¿porqué no se hace? La respuesta es sencilla, no interesa quitar a las vacas sagradas. Futbolistas que, por edad o por condiciones físicas actuales no deberían ir, llámese Casillas, Piqué o Pedrito, continúan en una selección cuyo lavado de cara es todavía paupérrimo.

Aquí, entra otra cuestión más a analizar. Ese lavado de cara que pretende llevar a cabo el seleccionador, parece que sólo está destinado a jugadores de 4 o 5 equipos de nuestra Liga (sin contar los equipos ingleses). De esta manera...¿cuál es el mensaje que transmites? Pues que como no pertenezcas a esos equipos, vas a tener muy, muy complejo poder acudir a la selección, lo que acaba provocando que perlas o futbolistas estrellas de clubes humildes se acaben marchando hacia otros conjuntos con el fin de lograr la ansiada llamada.

Nolito besándose el escudo tras marcar el primer gol frente al Deportivo (vía LFP)

Procurando dejar los sentimientos particulares a un lado y reconocimiento, exclusivamente, los méritos deportivos existen varios jugadores que merecen recibir la llamada nacional. En particular, centrándome en mi equipo particular, hay dos futbolistas del Celta que están haciendo gala de pertenecer a ese selecto club y no son otros que Andreu Fontàs y Manuel Agudo “Nolito”.

Sabiendo las dificultades para encontrar un sustituto de garantías a Piqué, Fontàs podría ofrecer una aseada salida de balón y, porque no, ser uno de esos jugadores a tener en cuenta como tercer o cuarto central. Sin embargo, juega en el Celta y no en el Barcelona.
Pero mención especial es el caso de Nolito. Es, sin duda, la estrella de un Celta que, por plantilla, debería aspirar a algo más que la permanencia. Lleva todo un 2014 cosechando goles, méritos (es el máximo goleador nacional del 2014 y ocupa el cuarto lugar en ratio de goles por partidos jugados con el club celeste), halagos y premios (recientemente ha sido nombrado como mejor jugador del pasado mes de septiembre), y más de una vez se le ha relacionado con que Vicente del Bosque le diese una oportunidad. Si bien, es una pena que pertenezca a un equipo tan grande como el Celta y no a un Barcelona o Real Madrid, porque lo más seguro es que si fuera de esta “casta” ya estaría hoy mismo concentrado con España para jugar frente a Luxemburgo. Mientras aguardamos la buena nueva, él seguirá soñando con poder acudir a la selección y, nosotros, seguiremos vibrando y disfrutando de sus “golitos de Nolito” en Balaídos.

En definitiva, estamos ante una selección española en la que poco o nada ha cambiado, donde parece que es más importante tu origen que tu calidad. Esperemos que, a medida se va acercando la Eurocopa de Francia, entre sabia nueva que ofrezca la ilusión que hoy en día parecen haber perdido esa “casta” que disfruta cómodamente de sus privilegios.


Escrito por @mundo_celeste

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