jueves, 22 de enero de 2015

De la euforia desmedida al socavón de resultados histórico

Escrito por Hugo Estévez Cividanes

palabrasapunto.blogspot.com
De una imagen a otra, han transcurrido tan sólo dos meses y medio. Misma ciudad, pero distintas sensaciones emitidas por el Celta en sendas ocasiones. Arriba, se agrupan las mejores intervenciones del "gato de Catoira" en la histórica victoria de los olívicos en el Camp Nou. Abajo, el gol de Felipe Caicedo que encendía las alarmas en los celestes con un Berizzo muy cuestionado y un equipo en horas bajas.


Tras una pretemporada exitosa donde se combinaron dos stages, uno por tierras andaluzas y el otro por la "campiña" inglesa. La única derrota se dio en tierras argelinas ante un combinado local (1-0), en un partido "trampa" donde se le anularon un par de tantos a Nolito (poco más se sabe); varios empates por tierras inglesas -Norwich, Wolverhampton y Burnley- y la incontestable victoria ante el Everton 1-3, con un hat-trick de don Manuel Agudo Durán, que ya golpeaba en la puerta del despacho de Vicente Del Bosque entonces. Sumado a la victoria en Pontevedra en un atípico derbi de pretemporada ante el Depor (0-2). Se cerró el ciclo de amigables con la disputa del Memorial Quinocho en Balaídos ante el Cagliari como invitado -donde militó el ex-céltico Mauricio Pinilla-, endosándole un 4-0.

Por primera vez en las tres temporadas del retorno a Primera División -oficiando Balaídos el debut olívico en todas ellas-, se comenzó con triunfo ante el Getafe, de una manera premonitoria con tantos del tridente del éxito: Nolito, Larrivey, Orellana (3-1). En el primer desplazamiento -a tierras cordobesas-, bajo un intenso calor agosteño, se cosechó un empate (1-1), con dominio celeste en la primera mitad y casi remontada verdiblanca en la segunda parte -golazo de Fede Cartabia, encasillando a la zaga céltica y dejando clavado a Sergio Álvarez-. Lo mismo ocurrió ante la Real dos semanas después, gran primera parte, pero se fraguó el primer defecto del engrasado equipo de Berizzo: el bajón físico, mediada la segunda mitad. Tal carencia la aprovechó la Real para igualar a dos tantos.

 lavozdegalicia.es
Prosiguió septiembre con el antológico golazo del Tucu Hernández -de los más bellos del curso hasta ahora- en el Calderón (tal como muestra su ejecución en la imagen superior), que abrió el partido; luego sucedieron sendos goles a balón parado a cargo de los centrales colchoneros y finalmente 2-2. Entre semana, victoria por la mínima en O Noso Derbi ante el Deportivo, un partido que pintaba a goleada local a los 3 minutos con el gol de Nolito; que casi termina en empate, evitado por Sergio Álvarez al detenerle una pena máxima al bosnio Medunjanin. Y como último choque de mes, llegaría el trabado encuentro del Martínez Valero, que se encaminaba a resolverse con una genialidad y así fue, pase a lo Michael Laudrup de su compatriota y tocayo Krohn-Dehli, que deja en jaque a la defensa ilicitana para que Nolito subiera enteros a su rendimiento goleador.

La primera derrota oficial llegaría ante el Villarreal, en una tarde clásica de domingo a las 17 horas, con una pájara celeste de cinco minutos escasos que aprovechó el jugador del submarino amarillo Moi Gómez para apuntarse un doblete, que desnivelaría el choque para el lado castellonense por 1-3. Parón de selecciones y visita a San Mamés, en un duelo que empezó mal con un discutido penalty que transformaría Aduriz. Numerosa presencia de aficionados visitantes, que comenzaron a alentar a los suyos sin parar mediado el segundo tiempo, hasta las postrimerías del choque. Al poco del bullicio, Nolito firmaría las tablas, en su clásica jugada ajustándola al palo largo. Vendría el Levante con técnico nuevo a Balaídos -Lucas Alcaraz- y no se produciría el dicho de "a entrenador nuevo, victoria segura". 3-0 con doblete de Joaquín Larrivey que igualaba a Vlado Gudelj en jornadas consecutivas marcando como jugador local.
Vía La Vanguardia
Uno de noviembre, llegaba ese día histórico para el celtismo. La derrota entraba en los planes -es el resultado más dado en las visitas al Camp Nou-, el empate sabría a victoria y el triunfo... pues eso, el guión del partido fue el esperado, posesión del Barça como ante todos sus rivales y el Celta a hacer su partido, no jugándole de tú a tú (porque así es como te infringen los culés el duro correctivo), pero bien plantados en el campo, ante todo.

Y salió un partido perfecto. Sergio Álvarez fue uno de los hombres del partido. Amargó la noche al poderoso tridente de ataque blaugrana, con una parada de mérito ante cada uno de sus componentes (palomita de Messi en un balón que se colaba por la escuadra, buena estirada a tiro de Neymar y fenomenal mano al potente disparo de Luís Suárez desde la frontal). El Celta tendría que aprovechar alguna de las pocas que dispusiese y qué manera de hacerlo, saque de puerta de Sergio, peinado en medio campo por el Tucu Hernández -que se anticipó a Busquets-, la pilla Nolito y deja en ascuas a la descolocada defensa culé con un inesperado taconazo, con el que asiste a Larrivey (el otro protagonista del partido) para batir a Claudio Bravo ajustado al palo. 

Todo eran luces en el entorno celeste y diminutas sombras; nada de que preocuparse. Para más, Nolito era premiado con la convocatoria a la selección española, tras desplegar un fenomenal año con los olívicos. Al siguiente partido, ya se le vio algo desaparecido con un empate sin goles ante el Granada del ex-céltico Roberto Fernández -que desesperaba al respetable vigués con tanta pérdida de tiempo-. Un Granada embotellado atrás y un Celta sin apenas ocasiones claras e ideas para modificar el guión nazarí. Los pupilos de Joaquín Caparrós consiguieron su ansiado botín: el punto de la racanería

Tras el parón hasta final de año, la trayectoria es pésima, encandenando cinco derrotas consecutivas (cuatro de ellas por la mínima) ante Rayo Vallecano, Eibar, Real Madrid, Málaga y Almería. Mencionable, que los goles encajados -obras de Alberto Bueno, Manu Del Moral, Samu García y Tomer Hemed- acaecieron en la primera media hora de juego y dejaron al Celta falto de ideas para tornar la situación y arañar al menos un punto.

Cuatro

Luego está lo de los escándalos arbitrales. En el Bernabeu el partido se rompió con un penalty a favor del Real Madrid, ocasionado por un auténtico "piscinazo" del actual Balón de Oro. En La Rosaleda, dos goles mal anulados al Celta (el segundo en la foto superior), le privaron también de puntuar. 

Se empezó el año con derrota en el Ramón Sánchez Pizjuán, con diez hombres en el campo tras la rigurosísima expulsión de Carles Planas por cortar una contra sevillista con una entrada sobre el gallego Denís Suárez. Fue pitado el Sevilla en dicho encuentro por sus parroquianos, ya que el Celta le pegó un pequeño baño de fútbol, pero el despliegue físico con un hombre menos le negó de una mínima gloria en sabor de puntuación.

Difícil encuentro ante el Valencia, para despedir la primera vuelta en casa. Recibimiento a los jugadores, convocado esa misma semana por la afición vía redes sociales. Y surtió efecto, ya que se acabó con la sequía goleadora -726 minutos-. El héroe fue el chileno Orellana, que minutos antes fuera verdugo por marrar un penalty y una gran ocasión solo -desbaratadas ambas por Diego Alves-. Fue un punto que supo a victoria y cargó de energía positiva al celtismo, por el cambio de actitud que se presenció en el equipo.

Ello se vino abajo el pasado sábado, con el esperpento en el Power8 Stadium, con un duelo que se encaminaba al 0-0, o en su defecto a la victoria por la mínima en una jugada aislada. El problema no fue el fondo, sino la forma. En el minuto 83, único cambio celeste; salía el timón del equipo (Krohn-Dehli) y entraba un defensa más (Sergi Gómez). En vez de ir a por los tres puntos, cayó el gol de la victoria local por una decisión cagona de Berizzo, en pos de amarrar el punto que era repartido provisionalmente. 

Pues ya lo pueden ver, un equipo que al principio deslumbraba con su estilo instaurado por su nuevo técnico y el gran juego desplegado, dio paso a unos jugadores mermados físicamente y carente de recursos, bajo la batuta de un entrenador con casi todo el crédito perdido. Sigamos pensando en obtener la permanencia cuanto antes y luego Dios proveerá.

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